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Observación planetaria con QuickCam

Jesús R. Sánchez | Córdoba (España)

Es un hecho evidente: ya no es necesario tener una sofisticada cámara CCD para obtener imágenes telescópicas de calidad. Las modestas webcams pueden ser adaptadas con facilidad para ello.




Introducción

Tras un repaso a la documentación sobre astrocam vemos que los modelos más interesantes del mercado actual son la QuickCam VC de Logitech y la Philips Vesta Pro.

En mi caso he podido probar dos unidades de QuickCam VC. Primero el modelo con conexión paralelo, y la que uso habitualmente con conexión USB. La velocidad de transferencia y la calidad de imagen es similar en ambos conectores, pero el modelo USB es más práctico por su sencillez de conexión y porque deja libre el solicitado puerto paralelo.


Adaptación.

Hay diversas formas de hacerlo. Por ejemplo hay autores que desmontan completamente la parte electrónica y la montan en un nuevo soporte más compatible con la mecánica del telescopio.

Por mi parte he preferido lo más sencillo: desmontar la parte óptica y añadir un tubo de 31,7 mm. de diámetro para usar la cámara como un ocular estándar. Debido a su bajo peso creo que es la opción más cómoda.

«La velocidad de transferencia y la calidad de imagen es similar en ambos conectores, pero el modelo USB es más práctico por su sencillez de conexión»
Tras sacar la cámara de su embalaje podemos optar por probarla primero en su estado original ó como en mi caso pasar directamente a desmontarla. Es algo difícil ya que su forma esférica y la ausencia de tornillos exteriores requieren un poco de habilidad con un pequeño destornillador (de relojero) que debe ser insertado en los tres orificios que hay en la junta que divide la carcasa exterior. Se trata de soltar unos clip de plástico (que están ocultos) haciendo presión y palanca suavemente con la punta del destornillador y a la vez intentando separar las dos partes. Es muy probable romper alguno de ellos en lugar de liberarlo, pero no importa porque luego todo encaja sin problemas. No debemos penetrar más de 1 cm a ciegas porque hay peligro de dañar la placa electrónica.

Una vez separados los dos hemisferios nos fijamos bien en la disposición de los elementos para volver a insertarlos luego. Hay que sacar el objetivo desenroscándolo de su alojamiento. Entonces podemos ver el filtro de infrarrojos que afortunadamente en esta cámara es independiente y nos permite seguir usándolo sin óptica original. Detrás del filtro se aprecia el diminuto chip CCD.

Es importante comprobar que el filtro esté muy limpio pero no es tarea fácil. Si la cámara es nueva no debe haber problema pero si al obtener imágenes se observan motas de polvo groseras conviene proceder a su limpieza ya que una vez terminada la adaptación será dificil volver a desmontar la cámara. Si podemos mantener limpio el filtro no será necesario recurrir al uso de flat para limpiar la imagen electrónicamente.

Entonces podemos proceder a insertar de nuevo la placa electrónica, la pieza con la rosca para tripode y el cable. Se unen las dos partes de la carcasa a presión.

Por último hay que disponer de un tubo de 31,7 mm. de diámetro que puede conseguirse de un ocular desechado ó en su defecto de un tubo de PVC ó de un envase de película fotográfica. Debido al bajo peso de la cámara puede unirse el tubo a la carcasa de la cámara simplemente pegándolo con cianocrilato (Super Glue 3). Durante el secado mantener la presión de las piezas y vigilar que quede bien centrado. La unión es muy firme pero tiene el inconveniente de que es algo engorroso aunque no difícil volver a abrir la cámara de nuevo.


Utilización.

El manejo es mucho más sencillo que una CCD estándar. Sin embargo hay que señalar la importancia de dominar los conceptos y técnicas relativas al uso de una cámara CCD para dominar completamente este tipo de cámaras que por modestas no dejan de compartir las propiedades con los modelos más sofisticados. El software es muy intuitivo y lo mejor es que contamos con imagen en directo. El enfoque y encuadre se pueden hacer rápidamente visualizando la imagen casi igual que mirando por el ocular. A continuación hay que ajustar la exposición, brillo y contraste con las opciones manuales del programa ya que los ajustes automáticos no son satisfactorios para imágenes planetarias.




Júpiter con QuickCam VC de Logitech y Celestron 11" con montura Losmandy G-11. Cortesía Jesús R. Sánchez.



En este aspecto radica la mayor dificultad que podemos encontrar. Mientras que el software de CCD nos orienta con el histograma, aquí la exposición hay que calcularla a ojo según el aspecto de la imagen, que puede ser difícil de apreciar, sobre todo si la pantalla es de un ordenador portátil. También contamos con varios parámetros que si bien nos ayudan a perfilar mejor la imagen, resultan difíciles de apreciar en el momento de la toma: El contraste, el brillo, la saturación de color y el balance de color. La cámara es muy sensible y admite tomar imágenes planetarias de calidad incluso con telescopios de 150 mm. ó menos. Hay que ajustar la potencia de forma similar que con una CCD para conseguir que la resolución máxima del telescopio sea proporcional al tamaño y distribución de la matriz de píxeles. No es necesario el uso de dark ya que el ruido térmico no es visible con los ajustes habituales de la imagen en exposiciones cortas.

«Hay que aprovechar los momentos de menor agitación atmosférica y se puede obtener casi una imagen por segundo»
La mayor virtud es que con el sofware de Quickcam es muy fácil obtener muchas imágenes, incluso se puede programar para tomarlas automáticamente. Hay que aprovechar por tanto los momentos de menor agitación atmosférica y se puede obtener casi una por segundo. Posteriormente visualizamos rápidamente la serie y eliminamos las que no son aceptables.


Procesamiento.

Las imágenes que proporciona la Quickcam VC son en color de 24 bits pero su calidad no es equiparable a la de una CCD en blanco y negro que presenta un rango tonal mucho más rico y aprovechable. Con frecuencia presentan un cierto ruido electrónico con interferencias coloreadas y además no es fácil conseguir la exposición y contraste óptimos.

«Las imágenes que proporciona la Quickcam VC son en color de 24 bits pero su calidad no es equiparable a la de una CCD en blanco y negro»
Sin embargo todo ello podemos compensarlo gracias a la integración de multiples imágenes. La suma mediante software de un cierto número de ellas tomadas en un intervalo de tiempo corto nos permite eliminar las irregularidades y obtener una imagen de gran calidad que puede luego ser fácilmente realzada. Según la calidad del cielo podemos conseguir una serie de hasta 20 ó 30 tomas buenas en 2 ó 3 minutos. A continuación se hace la suma de imágenes que puede hacerse con distinto software. En línea comercial tenemos Maxim DL ó Quantum image. En versiones freeware tenemos Astrostack ó Vega. Se puede consultar la página de astrocam para mayor referencia. Tras esta integración tenemos una imagen con notable detalle y gradación de tonos que puede ser realzada por los mismos programas ó con un paquete de tratamiento de imagen estándar. En este aspecto usaremos las herramientas de unsharp mask y deconvolution según el programa disponible. Mi opinión personal al respecto es usar ambas herramientas con moderación hasta conseguir un aspecto realzado pero lo más natural posible. Los resultados espectaculares sólo se pueden conseguir cuando la serie de imágenes directas es de muy alta calidad.

Por último deseo exponer mi deseo de compartir experiencias con otros observadores que decidan practicar estas técnicas para intercambiar detalles de interés.








Jesús R. Sánchez
stareye@arrakis.es
http://www.arrakis.es/~stareye
Sevilla (ESPAÑA)




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