Astronomía Digital

  • Número 3.

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  • GSiew.
  • Guía para autores.
  • Estrellas en explosión en la ciencia ficción

    Cristóbal Pérez-Castejón Carpena | Murcia, España

    La idea de soles explotando y aniquilando planetas enteros ha sido siempre extraordinariamente atractiva para el mundo de la ciencia ficción. Así que el tema ha sido tocado desde todos los puntos de vista posibles.


    Nova y el ilirión.

    Uno de los enfoques más perfectos es el de "Nova", de Samuel R. Delany. "Nova" presenta un futuro donde la humanidad se ha esparcido a través del universo gracias al viaje más rápido que la luz. Pero la clave de ese viaje, y de la mayor parte de la tecnología de esta sociedad futura se basa en un elemento superpesado: el ilirión. Aunque susceptible de ser obtenido de modo artificial, el ilirión también aparece en la naturaleza como uno de los subproductos de la explosión de una nova. En aquellos sistemas solares que han experimentado en su sol una de estas explosiones, existen minas que se encargan de la extracción del preciado elemento, que se dedica a todos los usos imaginables: fuente de energía supercompacta, motores interestelares, terraformación de planetas... En este universo en el que la posesión del ilirión juega un papel decisivo en el equilibrio de poder entre las distintas facciones en las que se ha dividido la humanidad, el capitán Lorq von Ray persigue la explosión de una nova para obtener siete toneladas del preciado material directamente de la fuente de la que procede: el corazón de la estrella en implosión.

    El mundo retratado por Delany resulta fascinante. La obsesiva búsqueda de Lorq tiene numerosos puntos en común con la de la ballena blanca del capitán Achab: obsesiva, imposible, más allá y por encima de la propia vida. Acompaña al capitán una tripulación producto de una de las más variopintas sociedades interestelares de la literatura del género. El libro mantiene al lector en una continua sorpresa: las naves MRL, los acoples cyborg que permiten desde el gobierno de dichas naves a la utilización de cualquier otra maquina, por complicada que parezca, los instrumentos musicales capaces de excitar simultáneamente todos nuestros sentidos, la terraformación de inhóspitos planetas en lugares paradisíacos gracias al inmenso poder energético del ilirión... a lo largo del libro el lector avanza de maravilla en maravilla. Pero siempre en los talones de la búsqueda obsesiva y autodestructiva del maravilloso grial cuna de toda esa civilización.

    Nova presenta una excelente descripción de los mecanismos de formación de una supernova de tipo II, incluyendo la existencia de un posible camino de tránsito por su interior. Asimismo ilustra claramente el papel de la supernova como generador de elementos pesados... y sus efectos destructivos sobre un posible sistema planetario que girase en torno a la misma. (concretamente en torno a los restos de una supernova de tipo I).

    Pat Rawlings para JPL-NASA.


    El mundo al final del tiempo.

    "El mundo al final del tiempo", de Frederik Pohl narra la historia de la evolución de dos formas de vida inteligente de la galaxia. Por una parte, se nos cuenta la historia de unos seres humanos embarcados en una expedición de colonización estelar. La descripción de la empresa es extraordinariamente coherente: los expedicionarios se desplazan hasta el lejano planeta en un velero solar auxiliado por un reactor de antimateria.... que va consumiendo parte de la nave al tiempo que su combustible. Los colonos viajan como inertoides, hibernados por la duración del largo viaje... aunque parte de la tripulación efectúa toda la travesía despierta para evitar que algo salga mal, o simplemente por miedo a los posibles daños derivados del proceso de hibernación.

    El otro gran protagonista de la historia es Wan-To. Wan-To pertenece a una raza de seres constituidos por plasma que han evolucionado en el interior de las estrellas. La visión que Pohl nos ofrece de estas entidades resulta simplemente fascinante. Por ejemplo, los seres de plasma han solucionado el problema de la comunicación a distancias interestelares mediante la utilización de pares Einstein-Rosen-Podolsky (ERP para abreviar). Estos pares están constituidos por partículas que en determinadas condiciones interactúan mutuamente en tiempo nulo... aun estando separadas por un universo de distancia. El problema del transporte se soluciona mediante la utilización de taquiones, cuyas propiedades también están excelentemente descritas en la obra. La dinámica del núcleo de los soles, los diferentes tipos de estrellas, la perspectiva del universo desde el punto de vista de un ser residente en el interior de una estrella y cuyos procesos mentales están enlazados mediante neutrinos constituyen un prodigio de imaginación... y de precisión.

    La trama de la novela comienza cuando los destinos de ambas especies se entrecruzan. En efecto, una de las características comunes de la raza de Wan-To con los seres humanos es su pasión por la guerra. Y la guerra entre unos seres tan extraordinariamente poderosos no es un asunto de broma... especialmente para unos seres tan débiles y desvalidos como los humanos. Los seres de plasma se dedican a generar supernovas para aniquilarse mutuamente, interfiriendo con la gravedad y afectando a los núcleos de las estrellas. Y los humanos se ven súbitamente inmersos en este enfrentamiento cuando un sol estalla bruscamente en su camino al planeta que van a colonizar, desbaratando su esquema de deceleración mediante la vela solar.

    Posteriormente, todo el grupo de estrellas en que se encuentra su colonia es desplazado a velocidades relativistas para hacer de señuelo a los disparos de los parientes de Wan-To. Los efectos que sobre la ecología del planeta y la sociedad de los humanos tiene este desplazamiento son una obra maestra de rigor e interés. Y la manera en que estos humanos son conducidos a su enfrentamiento final con el ser de plasma en la misma muerte del universo mantiene el interés del lector hasta la última pagina.

    Viajes interestelares, viajes por el tiempo utilizando la hibernación y los desplazamientos relativistas, comunicaciones mas rápidas que la luz, encuentros entre diferentes especies, descripción de la mecánica estelar, repaso de los diferentes tipos de estrellas existentes, incluyendo algún que otro objeto exótico como las enanas marrones... todo en medio de la historia de la implacable lucha por la supervivencia de la colonia humana hacen esta obra un hito indispensable en el mundo de la ciencia ficción.


    Perdidos en el espacio.

    Otra gran obra sobre el tema de las explosiones estelares la tenemos en "Día en llamas", de Poul Anderson. Una nave interestelar, viajando por encima de la velocidad de la luz, asiste al estallido de una supernova. Inmediatamente se alista una expedición destinada a la observación del fenómeno en un planeta situado a pocos años luz de distancia de la explosión. Pero cuando los negociadores llegan para determinar las condiciones en las que se va a construir el observatorio, en un planeta con un nivel científico semejante al nuestro, se encuentran con una situacion política particularmente compleja... y en ocasiones altamente explosiva. La forma en que la tripulación de la nave comercial, formada por varias especies inteligentes, interactua con los testarudos habitantes de Merseya es un clásico del género. "Día en llamas" ofrece una descripción particularmente lúcida de los "efectos secundarios" de una explosión de supernova a varios años luz del punto del desastre: los efectos del pulso electromagnético originado por la interacción de la onda de choque con el campo magnético del planeta sobre los dispositivos electrónicos, el efecto de la radiación de partículas alfa y el desastre ecológico asociada con la misma, y el fin de la navegación estelar hasta que se estabilicen las condiciones de radiación en el espacio circundante al planeta afectado por la explosión.

    Otro gran relato sobre los efectos de una nova lo tenemos en "La estrella", de Arthur C. Clarke, un relato ganador del premio Hugo. "La estrella" relata el estremecedor periplo de una expedición astronómica que alcanza un sistema solar devastado por la explosión de una nova. Esta expedición descubre inesperadamente entre los restos calcinados del único planeta que ha sobrevivido al holocausto el cenotafio erigido por una civilización extraterrestre condenada por el destino a ser inmolada en la ardiente pira de su sol. Las dudas que la existencia de esta civilización provocan sobre la fe del narrador y el espeluznante final del relato lo convierten, sin ningún género de duda, en una obra maestra. "La estrella" contiene una descripción bastante realista de los efectos que la explosión de una estrella pueden tener sobre su sistema planetario.

    Clarke también toca el tema de la supernova en su relato "Partida de rescate". Una nave de una alianza alienígena multicultural es desviada para contactar a la humanidad, tras detectarse la inminente conversión del Sol en una nova. Cuando la nave finalmente llega a nuestro planeta, descubre que los seres humanos no se han quedado a espjerar la explosión de su sol... y han iniciado su propio viaje hacia las estrellas utilizando una inmensa flota de naves sublumínicas. "Partida de rescate" es un relato muy interesante, no solamente por los equívocos culturales que el contacto entre dos civilizaciones produce sino porque se encuentra basada en cierto modo en hechos verídicos. En la vida real resulta prácticamente imposible determinar cuando una estrella va a alcanzar la fase de nova o supernova. Sencillamente, las capas exteriores continúan quemándose normalmente... mientras que el núcleo interno se colapsa. Pero, como hemos visto, sí existe un indicador, aunque bastante indirecto, para verificar el estado del núcleo de la estrella: los neutrinos que la abandonan. A mayor densidad nuclear, más interacciones y menos neutrinos. El problema es que desde que se iniciaron las mediciones de estas esquivas partículas hemos descubierto que nuestro sol emite muchísimos menos neutrinos de los que debiera. Esta curiosa anomalía, ampliamente estudiada y para la que no tenemos en este momento explicación, es utilizada por Clarke para justificar en su momento el estallido del Sol.

    En la misma línea de "Partida de Rescate" tenemos "Cánticos de la lejana Tierra". En este libro, asistimos a la diáspora de la humanidad entre las estrellas huyendo de nuevo del estallido de nuestro sol. Para solventar los problemas derivados del viaje interestelar a velocidades subluminicas, los hombres recurren al empleo de naves sembradoras automáticas, que transportan a las estrellas material genético y embriones en busca de aquellos planetas aptos para el desarrollo de las formas de vida terrestre. La educación de los colonos esta mediatizada por la información guardada en las computadoras de la colonia... de la que han sido eliminados aquellos elementos "peligrosos" como los datos referentes a las guerras y las religiones. Sin embargo, justo antes de la muerte del Sol, los seres humanos se hacen con la llave del viaje interestelar a velocidades casi lumínicas. El libro relata precisamente el encuentro de la ultima nave de la Tierra, con una de estas colonias "sembradas" por una nave automática al principio de la huida de la humanidad desde nuestro planeta madre...

    La última obra de Clarke sobre estallidos estelares es el fantástico cuento "Amad ese universo". Como en el relato anterior, en un momento dado la humanidad detecta que el sol esta a punto de pasar a la fase de nova. Es imposible abandonar el planeta. La única esperanza consiste en entrar en comunicación con una lejanísima civilización capaz de crear y modificar a su antojo púlsares y estrellas. Pero para que la comunicación tenga el más mínimo sentido, debe ser más rápida que la luz. La forma en que los humanos se preparan para la emisión de este desesperado grito de ayuda al final de la historia es un ejemplo clásico de lo que los sorprendentes finales de Clarke pueden llegar a ofrecernos. Una pintura excelente de la desesperación de una civilización que se sabe condenada por la muerte de su sol.

    Escort service, Slawek Wojtowicz.


    Finales agónicos.

    Una de las más inteligentes especulaciones sobre los efectos de una explosión solar sobre la vida en nuestro planeta, nos la ofrece "Luna Inconstante", de Larry Niven, también premiada con el Hugo. En este increible relato, una noche normal, con una hermosa luna llena, acaba por convertirse en una horrible pesadilla cuando el mundo dormido se da cuenta que el enorme incremento en el brillo de nuestro satélite es debido a que el sol ha estallado. ¿Cómo pasaríais las últimas horas de vuestra vida antes de la llegada de la onda de choque de la explosión? ¿Y si en un momento dado todavía quedase un resquicio a la esperanza? "Luna inconstante" pone de manifiesto un hecho muy importante, pero que en cierto modo escapa a la comprensión de lo que denominamos "sentido común"; aún en el caso de que el sol estalle, la onda de choque de esa explosión no puede propagarse por la atmósfera a la velocidad de la luz: aquellos situados justo en el vértice de la medianoche tendrán unas cuantas horas de vida antes de que la inmisericorde guadaña de la explosión les envíe al olvido. En la misma línea se desarrolla "Infierno", de Fred y Geoffrey Hoyle. En esta novela, lo que empieza detectándose como una explosión de supernova más, acaba por convertirse en el estallido de la totalidad del centro galáctico. Los efectos térmicos, climatológicos y radiactivos de semejante holocausto amenazan seriamente la continuidad de la vida sobre nuestro planeta. Solo los más fuertes y decididos tendrán la posibilidad de sobrevivir a las furias desatadas por semejante catástrofe cósmica. Asimov también trata el tema de las novas en su relato "Luz estelar". Un criminal que huye de la justicia queda atrapado en mitad de ninguna parte porque su sistema de navegación se vuelve loco intentando identificar una estrella que ha pasado a nova en el momento de su salto al hiperespacio.

    Por último, no podemos olvidar aquellos relatos en los que la influencia de la tecnología provoca de la destrucción de los soles. En efecto, un arma capaz de inducir en una estrella el estado de nova es el arma definitiva: no solo destruye el planeta de nuestros enemigos, sino también su sistema solar y todo lo contenido en el mismo. Este tipo de armas es utilizada en "Tropas del Espacio" de Heinlein bajo el nombre de "bomba Nova". También aparecen en la película "La nueva generación", de la serie de Star Trek, como un torpedo capaz de apagar soles para cambiar la dirección de una perturbación cósmica con unas propiedades ciertamente interesantes. Otra novela en la que se utilizan armas "estelares" es Dark Star (1974) de Alan Dean Foster. Un equipo viaja en una nave espacial cargada de bombas conscientes capaces de destruir un planeta entero. Su misión es determinar si los planetas descubiertos son inestables porque se pueden destruir, su sol está cerca de ser supernova etc. En ese caso lo vuelan, para evitar que las futuras colonias que se podrían asentar en el mismo corran peligro. La tripulación esta psicológicamente desequilibrada por los largos años pasados en el espacio, puesto que no pueden regresar hasta haber arrojado todas las bombas. Además la nave tiene cada vez más problemas y todo el mundo tiene ganas de retornar a casa. Pero cuando van a detonar la penúltima bomba se encuentran con que el mecanismo que la ha de soltar sobre el planeta se atasca. La bomba insiste en estallar y los astronautas deberán de convencerla de lo contrario... ya que no puede ser desactivada.

    En el excelente cuento "Espoleta de Tiempo", de Randall Garrett, la primera nave con propulsión FTL de la humanidad descubre al llegar a su destino que la onda de choque de la hiperimpulsion provoca el estallido de las estrellas a una cierta distancia de las mismas. Lo que plantea un interesante problema, porque si al parar el motor se produce el estallido del sol mas próximo a su destino... ¿cómo conseguirá la nave volver a casa sin destruir al sistema solar en el intento?

    Heraldos de portentos, guía de magos en busca de Dios, espadas destructoras de sistemas solares enteros. Novas y supernovas son ciertamente fenómenos muy interesantes. Pero es mejor contemplarlos desde lejos. Sin embargo, si acaso una noche la luna llena comienza a brillar con una luz desaforada... cuidado. Pensad cuidadosamente en qué vais a emplear vuestras próximas horas. Porque a lo mejor para el siguiente amanecer ya no existe un sol como el que conocisteis que pueda alzarse de nuevo por encima del horizonte.


    Cristóbal Pérez-Castejón Carpena
    cris@arrakis.es
    http://www.arrakis.es/~cris

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