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Biblioteca astronómicaComentarios sobre obras científicas y de ciencia ficción. | Sección coordinada por Javier Susaeta
Manual Práctico de Astronomía con CCD
El libro es francamente interesante, en especial para aquellos que no tienen demasiados conocimientos o experiencia en el mundo de la astronomía con CCD, pues se trata de una obra de carácter básicamente introductorio. Está escrito en lenguaje bastante claro y divulgativo, aunque tampoco faltan algunas fórmulas (muy simples) y ciertos tecnicismos relacionados con el mundo de la instrumentación óptica y, en particular, con el tratamiento de la imagen. Me refiero a cosas como transformaciones de Fourier, filtros paso-bajo, etc, pero siempre desde un punto de vista descriptivo y no técnico. El libro no profundiza en ningún campo concreto, pero permite hacerse una buena idea del funcionamiento de los CCDs, los problemas inherentes al uso de este detector, las ventajas e inconvenientes de este tipo de astronomía, etc. Desde ese punto de vista, la obra es muy clara y comprensible. Después de una breve introducción, el libro explica en qué consiste un dispositivo CCD a nivel electrónico y cuales son los principios de su funcionamiento. A partir de aquí, pasa a analizar los múltiples factores de corrección que hay que aplicar a una imagen CCD antes de poderla considerar como definitiva. A pesar de existir un buen número de los citados factores, se analizan con especial detalle las corrientes de oscuridad, el aplanamiento de campo, la eliminación y tratamiento del ruido, los problemas añadidos por el obturador mecánico de la cámara, etc. Posteriormente, el libro describe sucintamente algunos de los filtros correctores de imagen, --lineales, logarítmicos-- y operaciones como el sumado de imágenes. Este capítulo, si bien puede entenderse por encima sin conocimientos previos en la materia, se aprovecha mucho más si el lector tiene alguna experiencia en tratamiento y corrección de imágenes, ya sea a nivel de astrofotografía, de fotografía digital, o de imágenes convencionales digitalizadas. Se echa bastante en falta un análisis más profundo de ciertos conceptos (como la eliminación práctica de ruidos) o alguna explicación --incluso sobre algún programa específico-- del empleo del software especializado para el tratamiento de imágenes. Afortunadamente, en aquellos puntos en que los autores no se explayan demasiado, ya sea por concisión o por tratarse de problemas de gran complejidad técnica, nos remiten a abundante bibliografía especializada. Y en lo referente a fórmulas matemáticas, el lector medio no debe preocuparse, pues lo más complicado que aparece en el texto es un sumatorio, e incluso este caso está ilustrado con un ejemplo numérico para facilitar su comprensión, lo que confirma el carácter introductorio y divulgativo de la obra.
Enric Quílez
yarhel@minorisa.es
Observar el Cielo II
Esta es la versión castellana de lo que parece una coedición en varios idiomas de un original inglés titulado Advanced Skywatching. Para este tipo de libros, con muchas ilustraciones e impresos en buen papel, es cada vez más frecuente que varios editores de distintos países acuerden imprimir simultáneamente, cambiando únicamente los textos. La fabricación suele hacerse en Asia; en China o Singapur, por ejemplo (como es el caso del libro que estoy comentando) donde estas cosas suelen salir más baratas. Este libro tiene un formato atípico, mucho más alto que ancho, y forma parte de una colección de características homogéneas, donde hay otro libro también de astronomía (pero más elemental, de ahí lo de "II" del título), de meteorología y de algún otro tema que ahora no recuerdo. En sus 290 páginas, ilustradas a todo color --y quizá en exceso-- los autores se ocupan de la exploración del universo, los instrumentos que utiliza el astrónomo, el Sol y la Luna, los planetas y algo que denominan "otras luces en el cielo", término bajo el cual cabe todo, claro está. En mi opinión, el libro es recomendable para principiantes. Tiene un poco de todo, es una buena guía que toca muchas cosas sin profundizar demasiado y resulta agradable de leer. Sorprende un poco, en estos años en que la URSS parece una cosa ya olvidada, ver que se hace justicia a los grandes esfuerzos soviéticos en la exploración espacial, otorgándoles el mérito y la prioridad que hoy parece hasta silenciarse intencionadamente. Nunca había visto --y en este libro sí figura-- una imagen fotográfica del "Vostok" de Gagarin, en el lugar donde tomó tierra, en 1961. Se aprecia que la superfície esférica de la cápsula tiene un revestimiento segmentado especial, quizá su "escudo térmico", que recuerda al del ``shuttle". La obra incluye, como es lógico, mapas estelares, pero renuncia a presentar una carta estelar completa en favor de concentrarse en ciertas zonas, que son analizadas con más detalle y sobre cuyo contenido el autor del capítulo correspondiente tiene más posibilidades de explayarse. Quizá porque la obra se haya planificado desde un principio con afanes "globalizadores", el hemisferio Sur del "orbe de las estrellas fijas" recibe una atención tan inusual como justificada. En cuanto a objetos extensos, como galaxias, nebulosas, cúmulos estelares... vienen bastantes, descritos individualmente y muy bien fotografiados. Quizá demasiado bien fotografiados. Lo digo por el desencanto que sufren muchos observadores cuando comprueban que muchísimos detalles de los que registra claramente una imagen fotográfica no pueden apreciarse a simple vista. Se echa en falta, en cambio, algunos mapas planetarios, sobre todo el de Marte, ahora que se conoce tan bien su superficie, y también de Venus, que ha sido cartografiado, creo que totalmente o poco menos, por medio de radar. La Luna, en cambio, cuenta con unos "mapas fotográficos" suficientes, dado el nivel a que aspira la obra. En resumen, un buen libro, a pesar de ciertas erratas y alguna cosa que suena a traducción equivocada. El precio, a pesar de Asia, las coediciones, etc, es un poco alto, pero pienso que --si no se tiene ya en casa una obra equivalente-- vale la pena la inversión. También puede ser un muy buen regalo para cualquier joven aspirante a astrónomo.
Javier Susaeta
javier.susaeta@mad.servicom.es
Física recreativa
La primera edición en español de este libro está fechada en el año 1971, aunque la reimpresión es relativamente moderna: 1989. Este libro es una pequeña joya de la divulgación científica entendida en sus más grande concepción. El autor hace un recorrido por numerosos fenómenos físicos explicando sus fundamentos, de una forma que será comprensible y amena para cualquier lector, ya sea niño o adulto. El libro está estructurado en diez capítulos, en los cuales se desentrañan algunas de las maravillas físicas de la naturaleza. Preguntas tales como de qué forma hay que saltar de un vagón en marcha, si nos movemos más de prisa alrededor del Sol de día o de noche, cómo ven los miopes o cómo distinguir un huevo crudo de otro hecho, tienen respuestas claras y directas. Algunas secciones están enteramente dedicadas a desvelar los secretos de antiguos inventos, como el de las máquinas de movimiento perpetuo y algunas otras a comentar célebres pasajes de relatos, en especial de Julio Verne. La lectura de este libro debería ser "obligatoria" para todos los estudiantes de la escuela primaria o secundaria, por su capacidad de atraer la atención sobre la ciencia y sobre todo incitar a la experimentación. No se agobia al lector con tecnicismos en ningún momento y prima, no tanto la discusión físico-teórica, como el descubrimiento de que ciertas leyes muy simples rigen aspectos tan comunes como fantásticos. También representa un buen libro para los docentes de ciencias ya que ejemplifica algunos experimentos divertidos que pueden servir para repetir en clase. Y. Perelman, de forma también sutil, siembra una semilla de escepticismo fresco. Por ejemplo, en una sección titulada "cómo se hacían los milagros" detalla cómo los sacerdotes egipcios lograban asombrar al personal rezando a los dioses en un altar, quienes de forma sorprendente se revelaban abriendo las puertas de la sala. Finalmente descubrimos que, tan misterioso suceso, era un mecanismo que funcionaba gracias a agua hervida. Si ahora quiere saber si es verdad que encogemos al bañarnos, entre otros tantos misterios, tendrá que leer el libro.
Víctor R. Ruiz
rvr@idecnet.com |