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Sobre la Estrella de Belén

David Bellido hace algunas puntualizaciones sobre el artículo de Jesús Gerardo Rodríguez publicado en el número anterior


Considero que quizá se han pasado por alto algunos aspectos referentes a la datación de la fecha del nacimiento de Cristo, y a la naturaleza de la estrella conocida como "de Belén", temas tratados en esta revista bajo el artículo titulado "Tras la pista de los reyes magos y la estrella de Belén".

Para empezar, me gustaría centrarme en la parte que concierne a la fecha del nacimiento de Jesucristo. Estamos de acuerdo en que no nació el 25 de diciembre, y que fue una fecha puesta por conveniencia a los propósitos de la época, en un afán por unificar mas la religión con el estado. Pero también tengo serias dudas en cuanto a la otra fecha propuesta en el artículo, como es el año 7 a.JC. Mis investigaciones me han llevado a descartar por completo esa fecha, y a atrasarla un poco mas, exactamente a principios de octubre del año 2 a.JC.

Me voy a valer principalmente de dos argumentos:

  • La muerte de Herodes.
  • El comienzo del ministerio de Juan el bautista.


Su nacimiento en relación con la muerte de Herodes.

Aunque la fecha de la muerte de Herodes es un asunto muy debatido, hay bastantes razones para pensar que se produjo en el año 1 a.JC. Algunos cronólogos sostienen que murió en el año 5 ó 4 a.JC. Su cronología se basa, en gran parte, en la historia de Josefo. Al fechar el tiempo en que Roma nombró rey a Herodes, Josefo usa una "datación consular", es decir, coloca el acontecimiento durante la gobernación de ciertos cónsules romanos. De acuerdo con este hecho, se debió nombrar rey a Herodes en el año 40 a.JC. A Josefo le contradice otro historiador, Apiano, cuyos datos situarían el nombramiento en el año 39 a.JC. Siguiendo el mismo método, Josefo emplaza la toma de Jerusalén por parte de Herodes en el año 37 a.JC, pero también dice que ocurrió veintisiete años después de que Pompeyo tomó la ciudad (63 a.JC), lo que significaría que Herodes tomó la ciudad de Jerusalén en el año 36 a.JC (Antigüedades Judías, libro XIV, cap. XVI, sec. 4.) Ahora bien, Josefo dice que Herodes murió a los treinta y siete años de que los romanos lo nombraran rey y treinta y cuatro años después de que tomó Jerusalén. (Antigüedades Judías, libro XVII, cap. VIII, sec. 1.) La fecha de su muerte, según este último cálculo, sería, por lo tanto, el año 2, o quizás el año 1 a.JC.

Es probable que el historiador judío Josefo contase los reinados de los reyes de Judea por el método del año de ascensión al trono, como se había hecho con los reyes de la línea de David. Si Roma nombró rey a Herodes en el año 40 a.JC, su primer año de reinado pudo ir de Nisán de 39 a Nisán de 38 a.JC De igual manera, si se cuenta desde su toma de Jerusalén en el año 37 (o 36) a.JC, su primer año de reinado pudo empezar en Nisán de 36 (o 35) a.JC Por lo tanto, si, como dice Josefo, Herodes murió treinta y siete años después de que Roma lo nombrara rey y treinta y cuatro años después de tomar Jerusalén -y si estos años se cuentan en cada caso según el año reinante-, su muerte pudo producirse el año 1 a.JC. W. E. Filmer argumenta sobre este asunto en The Journal of Theological Studies (edición de H. Chadwick y H. Sparks, Oxford, 1966, vol. 17, pág. 284) y escribe que de la tradición judía puede deducirse que la muerte de Herodes ocurrió el 2 de Sebat (el mes de Sebat cae entre los meses de enero y febrero).

Vayamos al tema del eclipse. Según Josefo, Herodes murió no mucho después de un eclipse de Luna y antes de una Pascua. (Antigüedades Judías, libro XVII, cap. VI, sec. 4; cap. IX, sec. 3.) Puesto que hubo un eclipse el 11 de marzo del año 4 a.JC. (13 de marzo según el calendario juliano), algunos han llegado a la conclusión de que este era el eclipse al que hizo referencia Josefo.

Por otra parte, hubo un eclipse de Luna en el año 1 a.JC., unos tres meses antes de la Pascua. Además, este eclipse fue total, mientras que el del año 4 a.JC. fue solo parcial. El eclipse total del año 1 a.JC. se produjo el 8 de enero (10 de enero, calendario juliano), 18 días antes del 2 de Sebat, el día tradicional de la muerte de Herodes. Otro eclipse (parcial) ocurrió el 27 de diciembre del año 1 a.JC. (29 de diciembre, calendario juliano). Otra forma de hacer el cálculo gira en torno a la edad de Herodes cuando murió. De acuerdo con el texto original, Josefo dice que murió alrededor de los setenta años y que recibió su nombramiento como gobernador de Galilea (acontecimiento fechado por lo general en el año 47 a.JC.) cuando tenía quince años, aunque los doctos lo han considerado un error, entendiendo que se quiso decir veinticinco años, por lo que corrigen la cifra en algunas ediciones. (Antigüedades Judías, libro XVII, cap. VI, sec. 1; libro XIV, cap. IX, sec. 2.) De acuerdo con estos datos, la muerte de Herodes ocurrió en el año 2 o en 1 a.JC. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Josefo es muy poco consecuente al fechar los acontecimientos, y por lo tanto no es la fuente más confiable.

Entre el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes tuvieron lugar varios acontecimientos. Por ejemplo: la circuncisión de Jesús al octavo día (Lu 2:21), el que se le llevara al templo de Jerusalén cuarenta días después de su nacimiento (Lu 2:22, 23; Le 12:1-4, 8), el viaje de los astrólogos "de las partes orientales"a Belén (donde Jesús ya no estaba en un pesebre, sino en una casa, Mt 2:1-11; compárese con Lu 2:7, 15, 16), la huida de José y María a Egipto con el niño (Mt 2:13-15) y la matanza de los niños menores de dos años en Belén y sus distritos cuando Herodes se dio cuenta de que los astrólogos no habían seguido sus instrucciones (lo que indica que para entonces Jesús no era un recién nacido). (Mt 2:16-18.) El que Jesús naciera en el otoño del año 2 a.JC. permitiría suficiente tiempo para que esos acontecimientos tuvieran lugar entre su nacimiento y la muerte de Herodes, probablemente en 1 a.JC. No obstante, hay más razones para situar el nacimiento de Jesús en el año 2 a.JC.


Relación entre el ministerio de Juan y el de Jesús.

El historiador bíblico Lucas nos dice que Juan empezó a bautizar en el decimoquinto año de Tiberio César. (Lu 3:1-3.) Augusto murió el 17 de agosto del año 14 d.JC. El 15 de septiembre el senado romano nombró emperador a Tiberio. Los romanos no usaban el sistema de año de ascensión al trono, por consiguiente, el decimoquinto año transcurriría desde la última parte del año 28 hasta la última de 29 d.JC. Juan, que era seis meses mayor que Jesús y empezó su ministerio antes que él -todo parece indicar que en la primavera de aquel año-, fue su precursor y le preparó el camino. (Lu 1:35, 36.) Según indica el registro bíblico, Jesús nació en el otoño, y cuando se presentó a Juan para bautizarse, tenía aproximadamente treinta años. (Lu 3:21-23.) Por lo tanto, lo más probable es que se bautizase en el otoño, hacia el mes de octubre de 29 a.JC. Si contamos treinta años atrás, llegamos al otoño del año 2 a.JC. como la fecha del nacimiento humano del Hijo de Dios.

Ahora pasemos a otro asunto, la estrella de Belén.


La "estrella" vista después del nacimiento de Jesús.

Es obvio que los "astrólogos de las partes orientales", es decir, de la vecindad de Babilonia, cuya visita al rey Herodes después del nacimiento de Jesús resultó en la matanza de todos los niños varones de Belén, no eran siervos o adoradores de Dios. (Mt 2:1-18). La palabra hebrea koh.kjáv, así como las griegas a.ster y á.stron, se aplican en un sentido general a cualquier cuerpo luminoso del espacio, a excepción del Sol y la Luna, que son designados por otros nombres. Se ha comentado que la "estrella" (gr. a.ster que vieron pudo ser un cometa, un meteoro, una supernova o, la idea más aceptada, una conjunción planetaria. No obstante, ninguno de esos cuerpos o fenómenos pudo "detenerse encima de donde estaba el niñito" y así identificar la casa del pueblo de Belén donde se encontraba Jesús. Es también notable que solo estos astrólogos paganos "vieron" la estrella. Tanto el hecho de que las Escrituras condenen la astrología como los resultados adversos de la visita -que puso en peligro la vida del futuro Mesías-, permiten concluir que los astrólogos fueron dirigidos por una fuente opuesta a los propósitos de Dios con respecto al Mesías prometido. Es razonable preguntarse si el que "sigue transformándose en ángel de luz", cuya operación es "con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos", que fue capaz de hacer que una serpiente pareciera hablar y a quien Jesús llamó "homicida cuando principió", no podía también hacer que los astrólogos `vieran' algo parecido a una estrella que primero los condujo, no a Belén, sino a Jerusalén, donde residía un enemigo mortal del Mesías prometido. (2Co 11:3, 14; 2Te 2:9; Gé 3:1-4; Jn 8:44.)

Creo que he aportado bases suficientes para que se mantengan en pie estas conclusiones. No obstante, aceptaré cualquier tipo de comentario o duda en la dirección de correo abajo indicada.

David Bellido Bazán
zafenat@teleline.es
ESPAÑA


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