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Editorial
Con la llegada del nuevo milenio estamos viendo surgir un movimiento, nada
nuevo, de grupos, empresas y personajes dedicados a aprovecharse de la
naturaleza curiosa del ser humano. Ya ha ocurrido en otras épocas históricas
y con resultados trágicos. La cantidad de información y de saber disponibles
hoy en día son ingentes. Internet es uno de esos lugares. Pero las
bibliotecas públicas o las enciclopedias digitales también lo son. Sin
embargo, aunque para los habitantes de las naciones desarrolladas sea muy
barato acceder a ellas, curiosamente no parece haber interés generalizado
por sacarle todo el jugo a estas posibilidades. Quizás la ciencia ha
evolucionado mucho más deprisa que el hombre. O quizás no.
En este número contamos con una colaboración de primerísima mano: Alan Hale,
nos ofrece su visión personal de dos de los más destacados hechos
pseudocientíficos de los últimos tiempos, relacionados con la aparición de
un objeto singular y científicamente expléndido: el cometa Hale-Bopp.
Por cierto, gracias. Gracias por la acogida que los interesados en la
astronomía han dispensado a Astronomía Digital y a los muchísimos mensajes
de apoyo. Gracias, también, a los que han sumado a sacar este nuevo número
adelante.
Buenas noches... de observación, naturalmente.
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