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La locura del cometa Hale-BoppAlan Hale | Southwest Institute for Space Research, Nuevo México (EEUU)
Gran parte de la excitación producida durante la aproximación del cometa Hale-Bopp tenía unas bases científicas y populares legítimas, pero otros aspectos de la locura cometaria eran pseudocientíficos y un claro síntoma de analfabetismo científico.Pocas visiones pueden ser en el cielo nocturno más inspiradoras que la de un cometa brillante. Consistentes en una cabeza o coma -nubecilla luminosa de aspecto brillante, difuso y circular- acompañada de una cola fantasmal que puede llegar a extenderse de forma considerable en los cielos, los cometas se encuentran entre los más populares y bellos de todos los fenómenos celestes que podemos disfrutar. La relativa poca frecuencia con la que uno brillante aparece en nuestros cielos -alrededor de una vez cada dos décadas de media- asegura que, cuando lo hacen, se les preste gran atención. Para nuestros antepasados de hace unas cuantos siglos, que no poseían el conocimiento de la mecánica del Universo que tenemos hoy en día, tal visión debía ser inolvidable. Tarde o temprano, un cometa brillante aparecía de la nada, se hacía visible en los cielos durante dos o tres semanas y luego desaparecía de nuevo en la nada. Era natural para nuestros ancestros asociar la aparición de los cometas a cualquier infortunio que ocurriera en la Tierra -de los que nunca hay escasez- e interpretarlos de acuerdo con sus particulares creencias religiosas y mitologías. Por ejemplo, un cometa brillante (aparentemente el Gran Cometa de 1680) hizo circular un panfleto con el siguiente texto entre los cristianos de Europa occidental:
Hemos aprendido mucho sobre estos visitantes en los siglos que han transcurrido desde que el panfleto anterior fue divulgado. A comienzos del siglo XIII, el astrónomo británico Edmond Halley aplicó las leyes de la gravitación, tal y como las resolvió su amigo Isaac Newton, y halló que al menos un cometa parecía realizar visitas periódicas a nuestros cielos, una suposición que fue espectacularmente verificada cuando este cometa regresó en 1759. Desde entonces, más de una centenar de cometas han realizado repetidas apariciones en nuestros cielos y se han computado órbitas elípticas periódicas para otros muchos, estableciendo bona fide que los cometas son miembros del Sistema Solar, al igual que los planetas, con los cuales quizás estamos más familiarizados. La llegada de telescopios más grandes y, desde finales del siglo XIX, la astrofotografía, han revelado que los cometas son mucho más comunes de lo que se pensó al principio; al menos una docena aparece alrededor del Sistema Solar interior cada año. La inmensa mayoría de éstos son objetos débiles que requieren grandes telescopios para ser detectados, aunque los astrónomos aficionados experimentados y con buenos equipos pueden ver dos o tres cometas de promedio durante cualquier noche despejada. La naturaleza física de los cometas fue materia de gran discusión durante algún tiempo, pero la idea más extendida, propuesta por el astrónomo estadounidense Fred Whipple a comienzos de los 50, era que un cometa podría ser descrito como una "bola de nieve sucia", un objeto sólido compuesto de una mezcla de agua helada, sustancias volátiles congeladas, como el monóxido de carbono, dióxido de carbono, entre otros, y cantidades significativas de partículas de polvo interplanetario. Estudios recientes sobre los cometas (entre los que se encuentran sobre todo los sobrevuelos del cometa Halley en 1986 por la sonda Giotto de la Agencia Espacial Europea junto a otras misiones) han revelado que el modelo de la "bola de nieve sucia" de Whipple es esencialmente correcto, aunque con una variedad de otras sustancias como algunos compuestos orgánicos presentes en el núcleo de los cometas. Los científicos aceptan hoy la idea de que los cometas son restos del proceso de formación del Sistema Solar hace 4.500 millones de años y, por esa razón, en estos momentos se los investiga en busca de cualquier clave que puedan ofrecer sobre las condiciones físicas y químicas que pudieron prevalecer en aquel tiempo. Teniendo en cuenta todos los conocimientos sobre que cometas hemos obtenido en los últimos siglos, se puede pensar que no deberían existir razones para temer a estos visitantes del interior del Sistema Solar. Desgraciadamente, no es el caso y el siglo XX también ha tenido su porción de "locura cometaria". Durante el retorno del cometa Halley en 1910, cundió el pánico entre las masas, sobre todo cuando los astrónomos apuntaron la posibilidad de que la Tierra atravesara la cola del cometa. Aunque la cola contiene gases que podrían ser considerados "venenosos" -cianógeno, por ejemplo-, el material está tan disperso que podría considerarse un excelente vacío según los estándares terrestres. Si bien esta aclaración fue divulgada al público general en 1910, ello no impidió que se encendieran focos de histerismo en muchas partes del mundo, ni tampoco previno que ciertos emprendedores amasaran fortunas vendiendo "píldoras cometarias" y similares. Más recientemente, la aparición del cometa Kohutek en 1973 inspiró a ciertos grupos religiosos a lanzar proclamas apocalípticas, que en retrospectiva son aún más ridículas vista la incapacidad del cometa en mostrar su esperada espectacularidad. El Kohutek, sin ninguna duda, fue un objecto muy gratificante desde un punto de vista científico, aunque desilusionara al observador casual. Acompañando a la aparición del cometa Hale-Bopp, hemos visto un resurgir de la "locura cometaria". De alguna forma, este objeto, descubierto por mí y el astrónomo aficionado de Arizona Thomas Bopp en julio de 1995, ha sido inusual; su brillo intrínseco ha sido uno de los más altos jamás obtenidos para un cometa y su descubrimiento, cuando se encontraba bastante más allá de la órbita de Júpiter y a más de un año y medio de su paso por el interior del Sistema Solar, no ha tenido precedentes en la historia de estos objetos. No obstante, un ser humano de dos metros de altura es todavía un ser humano y el cometa Hale-Bopp, a pesar de su gran brillo y tamaño, no es nada más y nada menos que la "bola de nieve sucia" que es cualquiera de los otros cometas que han pasado alrededor del Sol en estos años. Muchos de los elementos químicos que han sido detectados en anteriores cometas también han sido detectados en el Hale-Bopp y la evolución de su nivel de actividad siguió las expectavivas que se han derivado del estudio de cometas precedentes. Gran parte de esta "locura cometaria" asociada al Hale-Bopp se debe a que su aparición ha coincidido con el final del milenio. Esta circunstancia ha sido entendida por una gran parte del público como un presagio de mal agüero, a pesar de que estamos en un punto arbitrario en el tiempo. Muchos cristianos fundamentalistas han proclamado que el Hale-Bopp podía ser el "signo del final de los tiempos" que aparece en las profecías del Nuevo Testamento, e incluso algunos han ido más lejos sugeriendo que el Hale-Bopp era la estrella Ajenjo de la que se habla en Apocalípsis 8:10-11. (Por cierto, el Hale-Bopp no se aproximó a la Tierra durante su paso a través del Sistema Solar interior; en su máximo acercamiento, ocurrido el 22 de marzo de 1998, el cometa se situó a 1,3 unidades astronómicas de nuestro planeta -unos 197 millones de kilómetros-.) Algunos devotos de la Nueva Era promulgaron que habían encontrado referencias del Hale-Bopp entre los escritos de Nostradamus y en varias leyendas de los nativos norteamericanos. Cualquiera que fuera la fuente de la "profecía", la aparición del Hale-Bopp ha generado una ola apocalíptica, a pocos años del final del milenio, a una escala raramente vista desde la época detallada por el panfleto húngaro comentado con anterioridad. Otro razón de la "locura cometaria" centrada alrededor del Hale-Bopp ha sido la creciente creencia entre una parte significante del público de que la Tierra está siendo visitada por un gran número de alienígenas. (Tal como un presentador radiofónico me comentó, esto pareciera una "nueva mitología" que reemplaza a los viejos mitos religiosos). Desde que se descubrió el Hale-Bopp, hubo quienes señalaron que el cometa era un tipo de "nave nodriza" alienígena o, como poco, que estaba "bajo control inteligente". Algunas de estas afirmaciones se basaron en las "correcciones de trayectoria" que el cometa experimentó efectivamente desde su descubrimiento. Pero gran parte de estas manifestaciones no se restringieron a los "tabloides", sino que incluso consiguieron eco en importantes medios de comunicación y, en consecuencia, se hicieron populares entre el público. Como en otras afirmaciones pseudocientíficas, existe una parte de verdad. Las "correcciones de trayectoria" se originaron posiblemente en el hecho de que los cálculos iniciales de la órbita del Hale-Bopp (basados en datos escasísimos y etiquetados como "altamente inciertos" cuando fueron publicados) difirieron en algunos detalles de la órbita definitiva publicada posteriormente. Esto no es inusual y ha ocurrido con muchos otros cometas. Por otra parte, las órbitas cometarias experimentan pequeños cambios como resultado de las perturbaciones planetarias y del proceso de emisión de gases, que tiende a producir un diminuto efecto de cohete en el helado núcleo del cometa. Por lo que sé, este fenómeno, descrito bajo el término de "fuerzas no gravitacionales", no fue observado en el Hale-Bopp antes del perihelio, pero con toda seguridad sucedió a un nivel demasiado pequeño para que lo detectaráramos. Un incidente ha demostrado cuán popular fue la creencia de que los alienígenas estaban asociados al Hale-Bopp. El 14 de noviembre de 1996, un observador de Houston, que obtuvo imágenes electrónicas a través de su telescopio, afirmó que existía un "misterioso objeto similar a Saturno" siguiendo al cometa. Esa misma tarde, dicha persona apareció como invitada en el programa de radio de Art Bell, un espacio de llamadas telefónicas a nivel nacional que quizás podría ser cortésmente denominado como "tabloide" radiofónico. Aparentemente, en este programa se especuló sobre si el "objecto similar a Saturno" era en realidad una nave extraterrestre, cuatro veces más grande que la Tierra, que seguía al cometa. Sin tener en cuenta lo absurdo de la naturaleza de estas declaraciones, la historia fue "cazada" por varios periodistas de grandes medios de comunicación y durante el siguiente día contactaron conmigo numerosas televisiones y radios de todo el país para solicitarme comentarios sobre la "nave misteriosa" que seguía a "su cometa". Mi investigación sobre el tema me llevó primeramente a la página web del fotógrafo de Houston, que contenía proclamas de tintes apocalípticos sobre el Hale-Bopp y numerosas alegaciones sobre conspiraciones y ocultaciones gubernamentales (incluyendo referencias a conocidos escritores esotéricos como Richard Hoagland y Zecharia Sitchin). Esto sugería, sin duda alguna, que este individuo estaba predispuesto a obtener conclusiones "extrañas" sobre el cometa. Más importante aún, una vez que examiné las imágenes en cuestión y pude comparar la región estelar con una fotografía de la misma misma zona obtenida durante el transcurso del Palomar Sky Survey en los años 50, encontré que la posición del "objeto similar a Saturno" coincidía exactamente con una estrella brillante de magnitud 8 a la que el cometa se había acercado en la noche en cuestión. Los "anillos saturninos" que radiaban del "objeto", aparentemente, no eran más que un efecto de difracción, un hecho común en las astrofotografías sobreexpuestas de estrellas. (Recientemente se ha sabido que, en particular, la cámara CCD -dispositivo de carga acoplada, un detector electrónico- usada para tomar las susodichas fotografías es altamente sensible a las longitudes de ondas infrarrojas, y que la estrella en cuestión es una gigante roja y en consecuencia más luminosa en el infrarrojo que en la parte visible del espectro.) Otros astrónomos que investigaron los hechos extrajeron la misma conclusión que yo y, en un esfuerzo por redirigir la avalancha de preguntas que estaba recibiendo, puse los resultados de mi explicación, junto con las corresponidentes fotografías, en la página del Hale-Bopp (http://www.halebopp.com). Parece que esa explicación generó una gran discusión en el programa de Art Bell y en otros lugares, e indujo a que se recibiera una cantidad sorprendente de mensajes de repulsa, así como numerosas acusaciones de que yo también estaba envuelto en la "conspiración" que "ocultaba información" sobre el Hale-Bopp. (Por cierto, ¡continúo siendo un astrónomo desempleado y no he recibido ni un simple cheque gubernamental por este cometa!) Pero la afirmación de que una nave extraterrestre seguía al Hale-Bopp se resistió a morir en aquel entonces, debido a una persistente aseveración de que un "famoso astrofísico [...] afiliado a una universidad puntera" había verificado la existencia del objeto e iba a anunciarlo a través de una gran conferencia de prensa (la cual fue "inminente" durante mucho tiempo). Lo que encontré más increíble fueron las numerosas falsedades que se escribieron sobre mí -por ejemplo, que había "cambiado mi testimonio" y que ya no afirmaba que el "objeto similar a Saturno" era una estrella de fondo, sino que ofrecía ahora otra "explicación". Aunque encuentro todo este episodio del "objeto similar a Saturno", y todo el resto de manifestaciones pseudocientíficas sobre el Hale-Bopp. Bastante sorprendentes, el hecho de que estas revelaciones tengan tanta aceptación entre grandes segmentos del gran público es algo que los científicos y los racionalistas no deberíamos tomar a la ligera. Toda la fenómenología de la "locura del Hale-Bopp" es para mí un clarísimo ejemplo del analfabetismo científico que persiste en nuestra sociedad y que ha sido objeto de debtae en las páginas de revistas racionalistas (The Skeptical Inquirer en EEUU y "El Escéptico" en España) y de forma elocuente en el libro de Carl Sagan "El mundo y sus demonios". Los numerosos retos científicos y tecnológicos que nuestra sociedad afrontará en los próximos años y decenios son demasiado importantes y complejos para ser conocidos y comprendidos por una población que no distingue entre la ciencia legítima y la pseudociencia tan preponderante en la actualidad. Es imperativo que nosotros, los científicos y racionalistas de hoy en día, trabajemos diligentemente para mitigar el analfabetismo científico, un reto que se convierte tanto más importante cuando recientemente hemos perdido voces tan prominentes del racionalismo como Isaac Asimov y Carl Sagan. El cometa Hale-Bopp, en su máximo brillo, fue fácilmente visible a simple vista para cualquier habitante del mundo. Invité a numerosos "creyentes" del objeto extraterrestre a que no tuvieran en cuenta lo que les decía, sino que mirasen al cometa por sí mismos y comprobaran si efectivamente existía un "objeto" acompañándolo. (Cualquier nave "cuatro veces más grande que la Tierra" hubiera competido con los objetos más brillantes del cielo nocturno.) Animamos a los que observan cometas a que dediquen un poco de su tiempo a mirar alguna de las otras maravillas del Universo que tenemos a nuestro alrededor y decirles a todos que hay muchísimas más cosas en el mundo real por las que temer que las que habrá nunca la pseudociencia. En un programa de radio donde aseguré que no había ninguna nave siguiendo al Hale-Bopp y que si alguno de los oyentes dudaba de mí, debería ir a la calle y mirar el cometa por sí mismo, el locutor me comentó que parecía estarle "sacando todo el jugo al asunto". El Hale-Bopp era una oportunidad para demostrar a los ciudadanos de la Tierra que el desafío del conocimiento del mundo real y del Universo es mucho más "placentero" de lo que lo podrá ser la pseudociencia.
La tragedia de Heaven's GateLeyendo un extracto del libro último que Carl Sagan escribió antes de morir ("El mundo y sus demonios, la Ciencia como un faro en la oscuridad"), se citaba parte de un panfleto titulado "Una vela en la oscuridad", redactado hace más de 350 años: "[...] los paises sucumbirán por el déficit de conocimiento". Y continúa: "La miseria humana evitable está sobre todo causada no por la estupidez, sino por la ignorancia, particularmente la ignorancia sobre nosotros mismos. Creo que, cuanto más cerca estemos del fin del milenio, la pseudociencia y la superstición van a ser, año tras año, más tentadores y el canto de sirena de la sinrazón, más sonoro y atractivo. ¿Dónde lo hemos oído antes? Cuando nuestros prejuicios étnicos o nacionales se incrementan, en tiempos de escasez, durante momentos de flema o autoestima nacional, cuando agonizamos por nuestros propósitos y lugar cósmico disgregado o cuando el fanatismo está hirviendo a nuestro alrededor. Entonces, es cuando los familiares hábitos de pensamiento de épocas pasadas se hacen con el control. La vela gotea. Su pequeña fuente de luz tiembla. La oscuridad se cierne. Los demonios comienzan a agitarse".Hace ya tres años desde que supuestamente un grupo de extremistas cristianos puso una bomba en la ciudad de Oklahoma (EEUU). Si recuerdo los números correctamente, 168 personas, incluyendo un montón de niños inocentes, murieron. Una victoria para la ignorancia y la superstición. Hace un año, Tom Bopp y yo tuvimos el honor de ser los "personajes de la semana" en el programa "ABC"s World News Tonight". Me puse a ver la emisión para comprobar cuánto se habían dejado en la sala de edición. Antes de que se emitiera esa parte, hubo una conexión desde Tel Aviv, donde aparentemente un extremista islámico, si recuerdo los detalles correctamente, llegó a un restaurante con dinaminta pegada a su cuerpo y la detonó. Vi varias imágenes de cuerpos ensangrentados, pero la que realmente me hizo estremecer fue la de un bebé llorando, quien habrá tenido que vivir con la experiencia de crecer sin su madre, asesinada en el acto. Otra victoria para la ignorancia y la superstición. Pero también, hace un año, 39 personas se suicidaron en masa en el Rancho de Santa Fe, California (EEUU), para que sus almas pudieran alcanzar a otro grupo de seres que se encontraban esperándoles en la nave extraterrestre que seguía al Hale-Bopp. Anotemos otra victoria para la ignorancia y la superstición. La ignorancia y la superstición han estado desde siempre con nosotros; los ríos de sangre que han sucedido a través de la historia de la humanidad ofrecen un amplio testimonio de ello. Mucha de esa ignornacia y superstición se ha focalizado a través de esos objetos celestes que llamamos "cometas". Si nos metemos en la piel de aquéllos que vivieron hace 500 años no será difícil de entender por qué. Pero la ignorancia y la superstición todavía existen, incluso ahora que nos aproximamos al nacimiento de un nuevo siglo y de un nuevo milenio. Hoy hablamos por teléfono, viajamos en avión por el mundo. Imágenes y grabaciones de mi voz se han transmitido por todo el globo. Todo esto hubiera sido completamente inconcebible para las personas que vivieron hace 500 años. Pero, aún así, la ignorancia y la superstición persisten. Creo que fue hace 30 años cuando Bob Dylan se preguntó "¿Cuántas muertes habrá hasta que comprendamos que demasiada gente ha muerto?". ¿Cuántos Oklahomas más tendremos que soportar? ¿Cuántos más Tel Avivs? ¿Cuántos Ranchos de Santa Fe vamos a tener antes de que por fín digamos "¡basta!" a la ignorancia y la superstición? ¿Cuántas noticias de este tipo vamos a oír antes de que por fín decidamos usar el faro de la ciencia y la capacidad de razonamiento para desterrar la oscuridad de la ignorancia y la superstición que nos envuelve? "Tenemos" la capacidad de construir un mundo para el tercer milenio que esté libre de la ignorancia y la superstición que hoy es tan habitual en nuestra sociedad. "Tenemos" esa capacidad. Cuando alguna vez mires a un cometa, piensa en alguna forma de que esto ocurra. Me gustaría saber que es lo que has resuelto. Alan Hale es el codescubridor del cometa Hale-Bopp y director del Southwest Institute for Space Research (Cloudcroft, NM 88317, EEUU). Su libro "Un cometa para todos: guía del Hale-Bopp para curiosos" ha tenido varias reimpresiones. Este artículo está reproducido con permiso de The Skeptical Inquirer (http://www.csicop.org/). El apartado "La tragedia de Heaven's Gate" es cortesía del propio autor. Adaptación al español a cargo de Víctor R. Ruiz. |